martes, 23 de octubre de 2012

Capítulo 5

SOFIA
Salí del taxi que le había robado a una hispana, entré en aquel edificio tan grande, subí en ascensor, era enorme, me encantaba todo me encantaba, aun así lo de la compañera ya no me gustaba tanto...
Llegué al piso, no tenía mis llaves, mierda, aun no las había recogido, tendría que esperar a que llegara el propietario que por lo que sabía llegaba a las siete y media es decir en una hora. Bajé al portal, me senté en un sillón que estaba allí y esperé, pasó mucha gente, señoras mayores, mujeres, niños, hombres y una chica que me llamó bastante la atención. Al fin llegó el hombre que me alquilaba el piso
-Señorita ¿Como era? Nunca me acuerdo
-Pètrov, Sofía Pètrov
-Es verdad, aquí tiene sus llaves
-Gracias
Cogí las llaves y me fui al apartamento, abrí la puerta, era enorme.
-¡Hola!-dije para comprobar si allí había alguien
-Hola-dijo una chica desde el salón, se levantó del sofá y me sonrió
-Soy Sofía-dije, era la chica que había visto abajo
-Cristina, mira, hay dos habitaciones, no elegí ninguna por miedo a que la quisieras tu
-No te preocupes las vemos ahora

GLORIA
Dos taxis, ya me habían quitado dos taxis, estaba flipando, la gente que tiene mucho morro como solía decir una amiga mía
-Bueno Gloria, hermanita, coge ese maldito taxi ya que aun nos lo van a quitar tambien
Me reí y me subí al taxi, le dije a aquel hombre a donde queríamos ir. Que nervios. Llegamos, bajamos del taxi, era un sitio horrible pero era el sitio en el que a partir de aquel momento estaría, casi prefería un hotel pero no me era rentable
-No esta tan mal...-dijo mi hermano
-Joder menuda mierda-fue lo único que fui capaz de decir
-Vamos Gloria lo cambiaremos dentro de poco
-Vale hermano, pero solo entro porque necesito ir al baño
-Que loca estás
Entramos en el apartamento, era un sitio cochambroso y cutre que mas valía no mover ninguno de esos muebles porque seguro que había algún tipo de bicho por ahí

CRISTINA
Estaba en el sofá de mi apartamento cuando llegó mi compañera, era rubia de ojos azules muy guapa, era muy distinta a mi, me sentí como una vieja cuando la vi porque llevaba unos zapatos de tacón de joven, unos vaqueros y una camiseta de las de Jack Daniels muy abierta por los lados, mientras que yo llevaba una falda de vieja con zapatos de vieja y camisa de vieja.
-Soy Sofía-me dijo
-Cristina
Fuimos a elegir nuestras habitaciones, había una blanca, grande con una gran cama de matrimonio en el centro
-Mia-dijo nada más entrar
-Vale-le sonreí y me fui al salón
Cogí una foto que sobresalía de su maleta, era en una casa bastante grande, no sabía que ponía en la etiqueta que había por detrás del marco, era una fecha pero lo demás era ilegible, estaba en un idioma raro con otra grafía. La guardé en su maleta, vi bastantes cosas, un portátil, un móvil, fotos libros y la ropa. La chica volvió a entrar en el salón, se sentó a mi lado, de repente sonó un teléfono, era el suyo, lo sacó de la maleta y salió del salón, oí poco de lo que decía pero no lo pude entender, debía de ser de otro país.

ANGELA
Llegué al hotel, cogí la tarjeta para la estancia allí, y subí a mi habitación a deshacer las maletas. Cuando terminé saqué mi portátil y me puse a buscar información sobre mi oponente, resultó que había más chicas que querían ese trabajo pero pobres, no lo conseguirían, ese trabajo era mío. Bueno, había una chica española que tenía un blog, le eché un vistazo rápido, era buena pero no era lo mismo que yo, a pesar de que su blog estaba escrito en castellano, lo leí sin problemas pues cuando tenía 15 años estudié en España casi dos años, que de recuerdos me trajo ese viaje, las largas noches por ahí con otras chicas de distintos países, puede que incluso llegara a conocer a esa chica en alguna ocasión, viajaba mucho a España cuando estaba con mis padres, siempre me gustó ese país, a mi madre tambien pero a mi padre le era indiferente, el prefería Japón, no sé por qué pero era así y más de una vez tuvimos que ir a Japón para hacer el tonto por ahí cuando realmente solo le interesaba a él, no me gustaban nada algunos países por el simple hecho de que mi padre me obligaba a visitarlos, solo le cogí verdadero cariño a un país, la República Dominicana, es un sitio precioso, con playas maravillosas y que, a diferencia de los demás, había elegido ir yo, que buenos recuerdos me llevé de aquellas vacaciones, todo esto fue antes de que me revelara contra mis padres, cuando apareció Abelard, todo se acabó, la felicidad y todas esas cosas. Había otra chica pero pasé de buscar sobre ella, tenía que encontrar un piso para poder quedarme en Nueva York un tiempo.

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