SOFIA
Pasamos todo el viaje hablando, era un chico impresionante, además era una gran baza para conseguir lo que quería pero no le utilizaría, estaba por encima de eso, vamos, tenía 19 además de una oportunidad de solucionar mi vida. Eché la siesta las dos últimas horas de viaje, cuando llegamos a Nueva York sentí que alguien me tocaba los hombros
-No mamá un ratito más...-dije
-¿Que?
Me desperté, era Ryan
-Ya hemos llegado-dijo el
-Ah vale-sonreí y me levanté dispuesta a irme
-Eh eh espera-dijo
-¿Que?
-Toma-me dio un papelito, se levantó y se fue dejándome con la palabra en la boca y ese papel en la mano
-Adiós ¡Eh!-dije, el se rió pero no dijo nada
-Tu soviética quita, tengo que pisar suelo americano-dijo una mujer gorda evidentemente americana
-Relájese-le dije de mala manera
-Cállate
-Zorra-dije en ruso para que no me entendiera, pasé delante de ella y bajé
Al fin, Nueva York, nada iba a detenerme, tenía que pedir un taxi que me llevara al centro para luego ir al apartamento que había alquilado, tenía una compañera eso era lo que menos me gustaba, me gusta estar sola y tener una compañera no me facilitaría las cosas pero era lo que había así que me tocaba joderme.
GLORIA
Con dos horas de retraso llegué al fin a Nueva York, estaba muy nerviosa por lo que me esperaba cuando bajara del avión, mi apartamento no estaba en un buen barrio pero era lo que podíamos permitirnos mi hermano y yo, vale, era provisional, si conseguía el trabajo buscaría un apartamento mejor y si no pues o me quedaba ahí o volvía a Colombia lo cual me pareció mejor porque quedarme suponía ponerme a buscar un trabajo y como mucho conseguía el de camarera y en Colombia vivíamos bastante bien para el nivel de vida que suele llevar allí la gente.
-Gloria, vamos, el taxi nos espera-dijo Marcos
Subí al taxi para poder ir ya a mi nueva vida, eran las cinco y media hora local, había mucha gente en el aeropuerto, vi entre esas personas a una chica rubia muy guapa discutiendo con una mujer bastante grande, la mujer la estaba llamando soviética, me hizo mucha gracia por eso empecé a reirme como una loca, la chica rubia se acercó a mi y me dijo:
-¿Algún problema?
-No pero me haces gracia
-¿Yo?
Mi hermano salió del taxi y se acercó a nosotros, nos pusimos frente a ella así que ella quedó pegada al taxi
-Gracias por el taxi-dijo mientras se subía al taxi, le dio la orden al taxista y se fue
-Pero que hija de puta-dijo mi hermano
-Si
CRISTINA
Dormí todo el viaje, cuando aterrizamos fui a buscar un taxi, había un chico y una chica hispanos parados en la parada
-¿Pasa algo?-dije mirándolos- me dio la sensación de que había un problema con los taxis
-Ah, no esque una chica de unos 19, nos ha robado el taxi
-¿Como lo ha hecho?
-Pues nos ha dicho unas cosas, se ha metido en nuestro taxi y se ha ido, me sonaba bastante de haberla visto antes pero por el acento era del este
-Vale, soy Cristina, soy española
-Ah, yo Gloria y soy colombiana
Sonreí y llamé a un taxi
-Encantada Gloria ya nos veremos
Subí al taxi y me fui, me quedé pensando en como una chica le podía robar el taxi a otra persona y que nadie le diga nada, podía ser que lo necesitara mucho pero lo dudo si era tan joven no podía realmente necesitar tanto un taxi, daba igual, no era asunto mio porque eso me parece que es tremendamente común
ANGELA
Bajé del avión lo más rápido que pude, había quedado con el propietario del piso para que me diera las llaves así que llegaba tarde, corrí a la parte exterior, vi un taxi situado a lado de una chica hispana, corrí lo más rápido que pude con los tacones que me había puesto, cuando llegué empujé a la chica y cogí el taxi
-Lo siento-le dije mientras subía al taxi, le dije al taxista a donde tenía que llevarme y arrancamos
Al fin tenía lo que quería, estaba ya en Nueva York, deseaba tanto llegar, además del pánico a los aviones el deseo de poder cumplir mi sueño. Cogí mi móvil y busqué el e-mail en el que me decían el día y la hora en la que debía presentarme en las oficinas del periódico, sería al día siguiente a las doce de la mañana. Que nervios me quedaban aproximadamente 18 horas para intentar cumplir mi sueño. Las bases de la entrevista eran muy simples, presentar un artículo sobre cualquier tema y luego me preguntarían cualquier cosa y a lo mejor teníamos que escribir sobre algún tema común para que vean que podemos improvisar y que somos reporteras naturales o como se digal. Que ganas tenía
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